jueves, 25 de febrero de 2010

Vulgaridad que ladra

Me aburre esta torpeza,
vuestras manos vacías;
la nada.
Vuestro yo en el espejo,
no se quiere, se aparta.

Mis estados de emergencia,
repletos de paciencia y demás;
decaen pero no tienen límites.
Mi cariño anda odiándoos,
pero os perdona por ineptos.

Necesito que el mundo se calle, no recuerdo hacer oídos sordos. He olvidado cómo vendarme los ojos; andar ciega, pisando espinas.

lunes, 8 de febrero de 2010

Porque sí y porque llueve

Hoy la lluvia ha sido más cruel que de costumbre, incluso más cruel que mi manía de no llevar paraguas. Para qué se empeña el cielo en evaporar el agua del mar, si luego volverá a ser la misma mierda. Para qué nos riega los campos y la sed, para qué. Mundo más iluso, ingenuo e inconsciente de sí mismo no se ha visto. O tal vez sí, el que parió a Dios. ¿Y cómo me cago yo en su puta madre? No hablo su idioma.
Y hoy tampoco es buena idea tender la ropa.