lunes, 21 de junio de 2010

Aeropuertos

Resignarse a un horario fijo de salidas… No hay nada más triste que un viajero que toma un vuelo con nostalgia, decrépito, no va a una guerra, sólo abandona otra bajo un cielo distinto. Hay quien no sabe si va a volver a pisar la misma tierra, hay quien huye y desea que el vuelo no se retrase ni un minuto. Otros no saben qué pensar. Yo, por mi parte, echaré de menos tener amigos por vecinos, las charlas nocturnas... También, echaré de menos a la amiga que se echó a perder frente a mi puerta, siguiendo horarios pero borrando huellas. Con su complicidad tendida con fecha caducada de antemano, con su soledad maquillada entre pastillas ansiolíticas y adioses que nunca se darán, porque se despidió sola hace tiempo. Le desearé lo mejor mientras sobrevuele la ciudad, por lo que fue un día. Porque nunca me gustó tirar nada, ni siquiera las malas experiencias.
Me iré arrastrando los pies de futuras carencias, con los párpados repletos de fantasías noctámbulas y también, con heridas en la espalda. Me iré, pero antes de partir, sonreiré. Porque nade en las aguas que nade, nunca he mudado de piel, siempre he sido yo, para bien o para mal. A mi manera. Me han bailado el agua las personas que me llevo, las importantes, las que cuando vuelva estarán ahí, las que nunca se fueron.

sábado, 19 de junio de 2010

Pre-juicios

Siento decepcionaros.
No difundo rumores. No tengo mil caras y muestro la más amable. No fornico con mis amigos porque total, hay complicidad y tienen polla. Tengo defectos pero no podríais enumerarlos, porque no me conocéis. La gente como vosotros tenéis el privilegio o la desgracia de que estáis disculpados de antemano. Sois la amiga fea de la sociedad, el segundo plato. Decir que sois como una cagada de paloma sería pasarse, hay pocas probabilidades de que te cague una paloma, pero ocurre… Seríais en ese caso algo extraordinario del día a día, y gilipollas como vosotros hay a montones, el metro os traslada como toneladas de mierda de un punto a otro de la ciudad. Y os creéis que vuestra mierda no huele, pero sí. No os preocupéis, lo peor de todo es ser una mierda que deje de oler, porque entonces qué función tendríais en el mundo. Hay gente que os pisa y se lamenta, hay gente que se une a vuestro corral, hay gente que se divierte. Yo, simplemente, os agradezco que me hagáis sentir tan bien conmigo misma. Gracias mamá y papá, gracias por mis valores.

lunes, 7 de junio de 2010

Una pena...

Hipocresía hipocondríaca. Aquélla la padece, pues tú también. Porque sí. Porque todo lo malo se pega, porque se lleva eso de ser imbécil. Ella inventa; tú te lamentas pensando: “¿Por qué no se me ocurrió a mí antes? Soy un fraude”. Y así pasan vuestros días señoritas, en vuestro país de Nunca Jamás, donde sólo tenéis que pensar una cosa con todo el no-corazón para que exista. Pero en ved de comidas deliciosas, aparece en vuestro plato el nuevo guión de la semana, para que vuestros espejos no reflejen vuestra imagen, porque una cosa es engañar a todo el mundo y otra muy distinta es engañarse a uno mismo.

El tiempo me provoca orgasmos de sabiduría cuando veo que pasean a la perra que yo ya sabía que mordía con su nuevo bozal.

Y ella nos dirá: "Tened compasión de mí, compasión cristiana". Entonces la mataremos con una cruz.

viernes, 4 de junio de 2010

Espejito-especula.

Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos.


El tipo era como una aparición, cuando habló el tiempo se detuvo y su voz, ronca y tranquila, como si no la hubiese utilizado en mucho tiempo, por fin dijo:
- La decepción, a veces, puede parecer que no tiene límite.
El ciudadano de a pie, muy risueño él, contestó velozmente:
- La amistad tampoco, en ocasiones, parece tener límite. Eso no justifica que deba perdonar. El dolor puede estar implicado en cualquier tipo de relación entre amigos, cierto. Cuando yo firmé no pensé que me sangrara la herida del puñal que fue impulsado por su mano. Pensé más bien en cuidarnos de dolores causados por puñales ajenos.
- Eso no es amistad. Huye y sigue buscando- dijo el tipo, sereno.
- Tal vez no lo sea. Pero el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Le perdonaré, no se firmará con dos palabras, ni si quiera con un apretón de manos. Lo firmará el tiempo, es más sabio que yo.

Y el aparecido se fue como había llegado, decepcionado, con el corazón muy grande y la agenda telefónica muy pequeña. Con nadie con quien probar su gran moral. Con su espejo, espejito… Con su espejito-especula.