lunes, 21 de junio de 2010

Aeropuertos

Resignarse a un horario fijo de salidas… No hay nada más triste que un viajero que toma un vuelo con nostalgia, decrépito, no va a una guerra, sólo abandona otra bajo un cielo distinto. Hay quien no sabe si va a volver a pisar la misma tierra, hay quien huye y desea que el vuelo no se retrase ni un minuto. Otros no saben qué pensar. Yo, por mi parte, echaré de menos tener amigos por vecinos, las charlas nocturnas... También, echaré de menos a la amiga que se echó a perder frente a mi puerta, siguiendo horarios pero borrando huellas. Con su complicidad tendida con fecha caducada de antemano, con su soledad maquillada entre pastillas ansiolíticas y adioses que nunca se darán, porque se despidió sola hace tiempo. Le desearé lo mejor mientras sobrevuele la ciudad, por lo que fue un día. Porque nunca me gustó tirar nada, ni siquiera las malas experiencias.
Me iré arrastrando los pies de futuras carencias, con los párpados repletos de fantasías noctámbulas y también, con heridas en la espalda. Me iré, pero antes de partir, sonreiré. Porque nade en las aguas que nade, nunca he mudado de piel, siempre he sido yo, para bien o para mal. A mi manera. Me han bailado el agua las personas que me llevo, las importantes, las que cuando vuelva estarán ahí, las que nunca se fueron.

3 comentarios:

  1. Me has emocionado :) soy un mindundi ahora mismo. BRAVO, BRAVO.
    Hoy mes despediré de ti y nos reiremos y si quieres hacemos una cancion del momento. Me gustaría seguir en tus aguas. SyM

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  2. Muy conmovedor, Z. Echaré de menos tu presencia :)

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